La simulación no es simplemente una imitación, sino una experiencia inmersiva que permite a los estudiantes interactuar con el conocimiento de manera activa.
A través de la simulación, los estudiantes pueden:
- Poner en práctica sus conocimientos teóricos en un entorno realista.
- Desarrollar habilidades prácticas y competencias transversales, como la resolución de problemas, la toma de decisiones y el trabajo en equipo.
- Cometer errores en un entorno seguro y aprender de ellos sin consecuencias negativas.
- Aumentar su motivación e implicación en el proceso de aprendizaje.
- Desarrollar su confianza en sus propias capacidades.
Cómo crear una experiencia de simulación exitosa:
El diseño de una simulación efectiva implica una serie de ingredientes esenciales que garantizan un aprendizaje óptimo. Estos ingredientes se adaptan a las especificidades de cada simulación para crear una experiencia de aprendizaje única .
Cada simulación requiere una adaptación específica. Considerar los aspectos únicos del sistema o proceso a simular, el público objetivo y los recursos disponibles, permitirá crear una experiencia de aprendizaje efectiva y adaptada a las necesidades individuales.
Para saber más:
- Camp, A., y Serrat, N. (2023). Simulación como metodología docente en las aulas universitarias. Una introducción. Cuadernos de docencia universitaria; 47. IDP/ICE, UB y Ediciones OCTAEDRO, S.L
Finalmente, compartimos experiencias de simulación en el IL3-UB:
Consideraciones técnicas a tener en cuenta en el diseño de simulaciones:
- Diseñar un espacio de simulación fácil de usar e intuitivo para facilitar la interacción de los estudiantes con la simulación.
- Asegurar la seguridad de los estudiantes y la protección de los datos personales en el contexto de la simulación.
- Considerar las necesidades de accesibilidad para garantizar que la simulación sea accesible para todos.
- Posibilidad de implementar tecnologías de realidad virtual o aumentada para crear experiencias de aprendizaje más inmersivas e interactivas.
- Metodología que, diseñada meticulosamente, puede transformar el aprendizaje en una experiencia inmersiva, activa y significativa.
- Se puede adaptar a las necesidades y ritmos de aprendizaje de cada estudiante, ofreciendo una experiencia individualizada.
- Ofrece un entorno seguro para experimentar y cometer errores sin consecuencias negativas en la vida real.
- Permite recrear situaciones complejas o peligrosas que no serían posibles o seguras de practicar en la realidad.
- Facilita una interacción activa con el conocimiento, ya que los estudiantes exploran, experimentan y aprenden a través de su propia participación.
- Potencia la colaboración y el trabajo en equipo, fomentando la comunicación, la coordinación y la gestión de conflictos.
- Exige a los estudiantes pensar de manera crítica, analizar información, formular hipótesis y evaluar los resultados de sus acciones.
- Proporciona retroalimentación inmediata sobre las acciones de los estudiantes, permitiéndoles identificar errores y mejorar su progreso.